Además del desastre económico como la quiebra de los bancos, el cierre de muchas empresas y la ruina de los campesinos, en el aspecto social, las consecuencias fueron también terribles: paro, indigencia, aumento de la delincuencia.
Desde el punto de vista político los Estados, que hasta entonces habían seguido el lema de dejar libremente a la economía van a adoptar un intervencionismo creciente para intentar evitar una crisis como esta. En Europa, debido a la crisis, van a subir los partidos de corte autoritario que proponen un control de la economía por el Estado, en esa línea Hitler sube al poder en 1933.
Desde el punto de vista intelectual también afectó la crisis y se creó una generación de intelectuales y artistas con una visión pesimista de la vida.
Los gobiernos intentaron solucionar todos los efectos de la crisis. En Estados Unidos destacó la política del presidente Roosevelt denominada New Deal que pretendía una subida de precios y salarios para reactivar el consumo. En Europa los primeros intentos de luchar contra la crisis tuvieron un impacto negativo pero más tarde se consiguieron logros importantes a finales de los años treinta, orientando la producción hacía la carrera armamentística.